jueves, 4 de marzo de 2010

El formalismo ruso y la diatriba contra el lenguaje literario.

El formalismo fue pensado por eslavos, entre ellos rusos y checoslovacos, que intentaron entender qué cosa es la literatura y cómo se producía. Dicha inquisición estriba en que para ellos, la literatura suponía algo violento que usurpaba el lenguaje natural, algo que se aleja de las reglas. La literatura no es fruto de inspiración ni ideal, es una cuestión netamente material que corresponde a una cuestión lingüística, es decir una realidad concreta. Para develar este misterio ocuparon todo un aparato científico y conceptual, enfocándose en la reducción científica. Conceptos como artefacto, poética, sistema, práctico, función y estructura fueron arsenales de entendimiento aplicables a toda literatura.

Fue como si la ciencia hubiera sido una manera de entender el caos que produce la literatura, como un intento de orden a lo que transgrede el orden natural, en este caso el lenguaje. Así, los formalistas cumplen la ideología rusa que se vio a lo largo del siglo XX, el intento de llevar orden a lo que pareciera caótico. Una forma de hiperorden que tiene como meta el entendimiento taxonómico de aquello que causa vértigo.

Por ello, la preocupación principal formalista es la poesía, empezando por lo fonético de ella, incluso cuando se habló de prosa se deriva una vez a favor de la creación sintomática del formalismo: la métrica.



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